martes, 27 de diciembre de 2016

JOVEN ME COMPRA CARAMELOS POR FAVOR ? cuento lisette chavarry

JOVEN ME COMPRA CARAMELOS POR FAVOR ? 
x lisette chavarry reategui


El rostro pálido y sucio era dueño de una mirada

tierna de niña , de una silueta encogida soportando a

esa corta edad las piedras que lanza la vida.

Con un insoportable sol que marea a cualquiera, más

aun, cuando alrededor de tu nariz pasa el humeante

olor de aceite grasoso que baña a todo tipo de

frituras baratas, de esas que venden en la plaza,

sobre todo a la hora del menú.

Con un sudor atroz y empapándote hasta el trasero y si

no fuera que todavía  hay tipos que pueden comprarse

desodorante o limón, todo este espacio sería un rebaño

de cerdos bañándose en la pileta (si es que hay agua

ahí)  y entre tanta gente se mezclan los pirañitas,

delincuentes y rateros, y entre tanta gente de rasgos

iguales no sabes quién es quién. por si las moscas

caminas con tus cachivaches bien agarrados y aseguras

tu plata, que solo te alcanza para el pasaje, si

tienes carné universitario, mejor.

Se siente un hambre fenomenal, las tripas suenan y

ante tus ojos caen los más diversos dulces, pasteles,

panes y todo tipo de delicias que en ese momento pide

tu estómago, el precio es una chingana y dudas en

disfrutar y acabar con tu voraz hambre a cambio de

estar los próximos días entablando amistad con el

water. Lo sientes mucho, eres artista y periodista,

estás en un chamba brava y no sabes cuando regreses a

tu casa pero te cagas de hambre y estás algo misio,

entonces te compras lo más rico,grasoso, grande,

mosqueado y barato que encuentres. Te sientas en una

banca y disfrutas tener las manos grasosas y la boca

llena.

Al rato sientes un retorcijón en el estómago, tú te la

buscaste pues, no hay nada más delicioso que tirarse

un pedo en plena banca cuando se tiene ganas, mejor

así, nadie se sienta a tu costado.

Te paras y no se te ocurre otra cosa que comprar papel

higiénico, de los baratos con hueco, caminas buscando

un lugar a donde ir, te detienes, apretas el poto, te

sientes más aliviado. Vas hacia Quilca , te cruzas con

la gente de siempre y con una mirada cordial los

saludas. Entras al Queirolo y le pides al mozo que

siempre te atiende que te preste el baño. El mozo sin

importarle que gracias a todas las chelas que a menudo

compras, puede estrenar hoy ese tinte de pelo, dice

que la meada está a china y la cagada una luca, porque

no hay agua. Le das 80 céntimos por tener PH y

mostrando carné universitario.

Los baños asquerosos, tienen vómito en el lavatorio,

papeles tirados en el piso , porque no hay tacho y te

asqueas de poner el poto blanco en el water blanco y

escuchas los más  extraños sonidos aguados con olor a

podrido .El espacio es tan chico que el PH lo pones

entre tus piernas y cuando sientes que te estás

aliviando se cae el rollo de PH en aquella enorme masa

entre verde, marrón agua y pedacitos de huevo con

maní, y entonces ya sin dolor en la barriga sacas con

tu mano la pigricia de papel que puedes rescatar y

haciendo lo imposible para que alcance a limpiarlo

todo.

Ya quedó algo de limpio, qué más da, y te subes el

pantalón y notas que tus manos están sucias y ya no

hay papel, no hay agua, te sacudes las manos y te

limpias en el pantalón y hueles feo, feo, feo.

Sales del Queirolo y le sonríes al mozo que

gentilmente ha permitido que cages en su baño sin agua

por 80 céntimos. Caminas oliendo a mierda, la gente te

mira, siempre la gente te mira..

Entonces ves a niños muriéndose de hambre y quizá a

ellos no les de churreta cuando coman en la calle,

pero a ti si porque tienes estómago fino y poto

blanco, pero bolsillo misio. Entonces ves a niños

muriéndose de hambre y quisieras ayudarlos, aunque sea

a uno.

Vas caminando y sientes que alguien se prende de tu

pierna maloliente. Es una niña y te preguntas porqué a

ti , si hay tanta gente formal por la calle se viene a

prender de la pierna de un pelucón despeinado, sin

afeitar con ropa hilachada hindú comprada en el parque

de Barranco  ,un par de yanquis y una bolsa artesanal

y un aspecto de fumón recontra antimaterial, todo

misio. Quizá porque eres diferente . Caminas y el

renacuajo sigue prendida de tu pierna maloliente

,entonces paras el andar y  con el rostro pálido y

sucio dueño de una mirada tierna de niña ,de una

pequeña silueta encogida soportando las piedras que

lanza la vida, la niña con una dulce voz te dice

“joven me compra caramelos por favor? “    y entonces

tú accesible a esa mirada, incapaz de responder que

no, sacas los ripios del bolsillo y con tus manos aún

oliendo a caca, coges caramelos y frunas poniendo la

plata en la pequeña mano inmunda de la niña. Avanzas y

volteas a l escuchar que la misma niña te dice  “¿

joven, me invita una fruna por favor?”  con tus manos

sacas una fruna, la niña abre la boca como para que se

la pongas ahí, entonces tu para no ser descortés le

pones a la niña la fruna e la boca y te vas.

A unos pasos volteas y ves que la niña te sonríe con

cierta amargura en la boca. 






1 comentario:

Anónimo dijo...

Un relato agridulce y descarnado que deja muy en claro que prima más la denuncia social que el valor literario, más la realidad en muchos casos supera la ficción